A los ocho años recogía barro del campo y jugaba haciendo figuritas con él.
A los once me pinché con un lapicero en la palma de la mano derecha y desde entonces el grafito corre por mis venas mientras sigo haciendo figuritas con barro, pintura o bits.
3 comentarios:
Bonita ilustración y bonita historia...jejeje, es como la de Spiderman pero con un lápiz en vez de una araña!!
y lo mal que se me da a mi este instrumento mágico, resultan siempre unos rayajos pochos...pero me alegra tanto ver a los que sí les funciona la magia en sus manos!
(léase saeta)
un bico!
muy bueno tu estilo combinado con texturas...
Saludos
Publicar un comentario