
Ayer desempolvé el tintero y las plumillas, hacía años que me esperaban en el cajón. Ayer volví a poner mis cinco sentidos sobre el papel y desplegué toda la batería de plumillas dispuesto a encontrar la más apropiada y la verdad es que me divertí y disfruté como hacía tanto que no lo hacía. Sentí el tacto de la pluma al deslizarse sobre el papel, su rascado, el olor de la tinta húmeda y la fuerza de su negro impenetrable. Así me lié y estuve unas horas patinando huellas negras sobre cartulinas blancas, de esas que se utilizan para las fotocopias en color, en este invierno sin nieve.
¡Gracias al Universo por estos placeres!
1 comentario:
Hola tio, la verdad és que, me molan tus pruebas a plumilla!!
Las plumillas por lo menos para mí, son mucho más interensantes y dan mejor resultado que el pincel...
Las pruebas que has hecho con el ratoncillo son muy cachondas!!
Saludos!!
Paco K.
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